Del movimiento al trazo en el Nivel Inicial

La práctica de actividades gráficas ayuda a los niños pequeños a construir habilidades perceptivas y motoras, desarrollar capacidades de análisis y comparación, solicitar automatismos en gestos útiles para el dominio de la escritura. Este artículo propone una manera diferente analizar las actividades gráficas previas o paralelas al acto de escribir, desde la motricidad global hacia la motricidad fina.

El cuerpo nos instala en el mundo. A través de él y por él nos convertimos en un individuo capaz de actuar sobre sí mismo y sobre el afuera. En el Nivel Inicial, la utilización del cuerpo como mediador de los aprendizajes está en la base de la enseñanza. El niño explora el espacio con el fin de percibir las dimensiones, la forma, los límites, los obstáculos, y poder disponer de él según sus necesidades.

¿Cómo relacionar la vivencia corporal con el desarrollo de capacidades motoras, manuales, técnicas y emocionales que permitan a los niños producir trazos? ¿Qué función cumplen las actividades gráficas en la puesta en marcha de los automatismos de la escritura?

 

Un poco de teoría

Antes de comenzar es oportuno definir tres conceptos relacionadas con este planteo.

  • Psicomotricidad
    La psicomotricidad es una disciplina científica, permanentemente actualizable, que se basa en una concepción integral del sujeto. La palabra motriz se refiere al movimiento, mientras que psico determina la actividad psíquica en dos fases: la socio-afectivo y la cognitiva. En las acciones de los niños se articula toda su afectividad y sus deseos, pero también todas sus posibilidades de comunicación y conceptuación.
    Ocupa un lugar destacado en la educación infantil, sobre todo en los primeros años, y tiene como objetivo el desarrollo de las habilidades motrices, expresivas y creativas del niño a través del cuerpo y del movimiento.
  • Motricidad
    Está referida al control que el niño es capaz de ejercer sobre su propio cuerpo. La motricidad se divide en gruesa y fina.
    a. Motricidad gruesa: implica movimientos amplios, como rodar, saltar, caminar, correr, bailar, etcétera.
    b. Motricidad fina: implica movimientos de mayor precisión, requeridos especialmente en tareas donde se utilizan de manera simultánea el ojo, mano, dedos, como rasgar, cortar, pintar, colorear, enhebrar, escribir, etcétera.
  • Neurociencia
    Es la ciencia que se dedica al estudio, observación y análisis del sistema nervioso central del ser humano; estudia cómo la actividad cerebral se relaciona con la psiquis y el comportamiento. La neurociencia cognitiva estudia las bases neurales de la cognición: cómo aprende, cómo guarda información nuestro cerebro y cuáles son los procesos biológicos que facilitan el aprendizaje. Los primeros años de vida, los más importantes en la construcción del cerebro humano, la intencionalidad y la sistematización de las intervenciones pedagógicas es de vital importancia en la iniciación de los aprendizajes. En el aula se pueden aplicar estrategias compatibles con la neurociencia, creando entornos que comprometan al alumno en su experiencia educativa a través de una metodología activa.

 

Actividades gráficas. Qué son y para qué sirven

El acto gráfico es un comportamiento motor adaptado a un fin, que consiste en realizar todo tipo de trazos no representativos. No es escritura.
La escritura está relacionada con el desarrollo psicomotor del niño. Es una actividad gráfica y lingüística, cuyos dos componentes no pueden separarse.
La actividad gráfica es una actividad que deja huellas; es complementaria a la escritura y viceversa. Es importante aclarar a los alumnos esta diferencia.
El propósito de las actividades gráficas es formar la mano del niño a través de la realización de trazos.
Antes que nada hay que permitir que el niño establezca relaciones entre los movimientos que realiza y el rastro que dejan. El gesto es la fuente de la actividad gráfica. Puede definirse como un movimiento o una serie de movimientos determinados por una cierta intencionalidad. El ojo descubre y sigue poco a poco el rastro que deja el gesto, y este se va controlando (orientación, velocidad, regulación, rotación).
Los objetivos generales de estas actividades son:

  • La libertad y flexibilidad del movimiento.
  • La progresiva disminución en la amplitud del gesto.
  • El control del impulso gestual y del espacio gráfico.
  • El control de los ritmos continuos y discontinuos del trazo.
  • La coordinación de los dedos y de la mano.
  • El control de la presión sobre las superficies.
  • La prensión correcta del instrumento gráfico.
  • La buena postura en el mobiliario adecuado.

 

Las experiencias de la niñez son del orden de la vivencia corporal, cada experiencia corporal aporta percepciones externas e internas que se inscriben en la memoria perceptiva, afectiva e intelectual.

 

La acción motora

El niño construye sus conductas entrando espontáneamente en acción. Las experiencias de la niñez son del orden de la vivencia corporal. Cada experiencia corporal aporta percepciones externas e internas que se inscriben en la memoria perceptiva, afectiva e intelectual. Poco a poco, el niño toma en cuenta los resultados de su actividad, observa, compara sus resultados, comunica sus emociones, y pasa de la «acción» o «sensación» a un conocimiento más abstracto.
He aquí una aproximación de posibles acciones para facilitar en los alumnos el paso del gesto motor a una representación gráfica.

 

Área de la locomoción Área de la manipulación Área de la orientación Área de la expresión
  • Subir y bajar.
  • Correr de un punto a otro.
  • Correr derecho por un pasillo.
  • Saltar atado de pies, en un pie.
  • Atravesar obstáculos.
  • Apuntar, lanzar.
  • Seguir un circuito.
  • Hacer rodar objetos.
  • Llevar, tirar, empujar.
  • Manejar, controlar, conducir elementos con la mano o con la ayuda de un instrumento.
  • Ubicarse en el área de juego.
  • Tomar puntos de referencia en un espacio de juego.
  • Respetar un recorrido.
  • Desplazarse con diferentes ritmos.
  • Hacer la mímica de una canción o poesía.
  • Bailar con diferentes músicas.
  • Encadenar movimientos en una coreografía.

 

 

Movimiento, juego, representación: una propuesta metodológica

Completando lo expresado anteriormente, agregaría que en esta propuesta cualquier noción ha de ser tratada a partir de tres niveles sucesivos:

  • La vivencia corporal: es el nivel de la experiencia.
  • La manipulación: es el nivel de lo concreto.
  • La representación: es el primer paso a la abstracción.

Cada una de las situaciones de aprendizaje requiere todo tipo de variantes a tener en cuenta por el docente de acuerdo a sus propósitos. Cuantas más variantes se apliquen, más oportunidades daremos a los alumnos de enriquecer su ejercicio. La búsqueda y la experimentación harán aparecer derivaciones que el docente quizás nunca imaginó.

Variantes en la fase de la vivencia corporal

  • Los espacios de movimiento (sala cerrada, gimnasio, patio).
  • Los elementos utilizados durante la actividad física (ninguno, pañuelos, cintas, sogas, bastones, aros, anillos, pelotas, bancos u otros apoyos, con o sin soporte musical).
  • Las partes del cuerpo que entran en juego (con movimientos que van de lo más amplio a lo más acotado, partiendo del cuerpo entero hasta focalizar la acción en un dedo).
  • La velocidad y el ritmo (con o sin soporte rítmico o musical).

Variantes en la fase de manipulación

  • Las superficies de trabajo (arena, piso, colchonetas, tablas, bancos, papel, etc.).
  • Los materiales utilizados (pequeño material concreto, plastilina, papel, desecho, etc.).

Variantes en la fase de representación

  • Los soportes gráficos (pizarras, papeles de todo tipo con formatos que van desde lo más grande a lo más pequeño).
  • Los instrumentos gráficos (dedos, esponjas, tizas, pinceles redondos o chatos, rodillos, sellos de todo tipo, brochas, marcadores, lápices, crayones, siempre de lo más grueso a lo más fino).
  • Los medios (agua, pinturas, tintas, crayones, marcadores o lápices).
  • Los planos (vertical, inclinado u horizontal).

 

Conclusión

El acto gráfico es un gesto delicado y complejo que pone en juego múltiples variables. Para llevarlo a cabo, el niño utiliza una gran variedad de movimientos, pero también un gran número de percepciones, como la apreciación visual y la función simbólica del trazo realizado. Basándonos en las percepciones del niño de Nivel Inicial y retomando conceptos de psicomotricidad y neurociencia (el cuerpo al servicio de la conceptualización), podemos concluir que las capacidades gráficas atraviesan numerosas etapas en las cuales se debe estimular la motricidad global, de lo más grueso a lo más fino, creando situaciones ricas y variadas. En la próxima entrega Del movimiento al trazo: Situaciones de aprendizaje.

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