El retorno a lo escolar presencial… «Regreso con gloria»

Retomando lo que el viento no se llevó1 y auspiciando un «Regreso con gloria» que conserve lo que nunca se podrá llevar, nos centraremos en uno de los aspectos más complejos que sostienen nuestras preocupaciones en la actualidad: cómo regresaremos una vez que las posibilidades se vayan abriendo, siempre en los tiempos y formas facilitadores para la educación inicial y con la mirada centrada en nuestras infancias, sus derechos, sus trayectorias educativas…

«Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abecedario;
Con él las palabras que pienso y declaro:
Madre, amigo, hermano y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando.

[…]

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agota su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano,
Cuando miro al bueno tan lejos del malo…»

Violeta Parra

 

 

Luego del distanciamiento físico —aunque no social—, ¿cómo recomponernos y reorganizarnos para el retorno?

En estos tiempos tan complejos e inciertos, pensamos fervientemente en el anhelado retorno, siempre soñándolo para cuando la situación así lo permita y las opciones para este regreso lo ameriten, es decir, sosteniendo lo necesario y pertinente para nuestros niños y niñas pequeños/as y sus familias, descartando las decisiones azarosas que descuiden a nuestras infancias en aras de elecciones tantas veces sesgadas por los compromisos económicos y la lógica del mercado.

Si bien lo educativo pone de manifiesto sus decisiones sostenidas en lo ideológico y encuadradas en el bien común de la sociedad, la impronta escolar debe priorizar sus acciones y dinámicas en función de las metas pedagógicas que necesariamente sostengan a nuestros/as niños/as en su lugar adecuadamente prioritario. Sostener la prioridad en las infancias implica mirarlas con respeto y adecuar nuestras propuestas a su bienestar como sujetos de derechos y a los enfoques pedagógicos que también los ubican en este terreno.

El retorno a la escolaridad presencial, tan deseado por todos, incluye recordar que las escuelas continuaron funcionando, y aunque modificaron sus modalidades intentaron no renunciar a sus prioridades. Es bien sabido que la virtualidad que nos acompaña y sostiene en las posibilidades actuales —tan forzada como incompleta— no debiera conformarse como elección definitiva ni elegida de los haceres y decires educativos; sin embargo, le agradecemos profundamente —en el mientras tanto— las posibilidades que brinda para sostener nuestras tareas y las trayectorias educativas de nuestros alumnos.

Todo esto significa pensar y planear el retorno deseado, siempre que este no se apresure dejando de lado las posibilidades infantiles y las fortalezas educativas que, como todos sabemos, sustentan especiales peculiaridades en la educación inicial.

Sostenemos, entonces, la seguridad del regreso desde las certezas de realizarlo en los tiempos y espacios pertinentes, «…con las preguntas sin respuestas a flor de piel y con la necesidad de encontrar nuevas modalidades y recrear una escuela que si bien no podrá ser la misma deberá sostener lo mejor de su identidad»2.

 

Retomando la idea del mencionado regreso con gloria

«…Cuando era adolescente vi una película que me conmovió muchísimo… era un film norteamericano en el cual se mostraba un grupo de amigos que debieron ir a la guerra y volvieron a sus hogares y sus vidas destruidos en y por diferentes aspectos, en un país y un mundo derruido como sucede siempre con las guerras—, que ya no era el mismo para peor […] más allá de quien hubiera ganado la guerra (aspecto que ni siquiera recuerdo) porque todos sabemos los costos atroces que esas situaciones producen en todos los sentidos posibles. […]
La película mencionada se llama “Regreso sin gloria”3 y en muchas oportunidades usé esa frase al mencionar algún retorno triste y de fracasos […] y lo he usado así mismo tantas veces invertido ubicándolo como (al igual que en el subtítulo de este artículo) REGRESO CON GLORIA.
En estos tiempos de pandemia y encierro me vuelve fuertemente la imagen de esa película y ese título que me resulta tan conmovedor, pensando muy especialmente en ese posible regreso con gloria a nuestras vidas, y en especial a nuestras escuelas y nuestros alumnos y alumnas».4

Y me pregunto: ¿cómo construimos entre todos este regreso con gloria? 

El retorno a lo escolar presencial nos encontrará agotados pero felices con la «misión cumplida». Las «escuelas» hemos sostenido las continuidades pedagógicas con las fortalezas del saber educativo y la complejidad de la virtualidad. Es sabido que no estamos vivenciando un cambio de enfoque pedagógico sino una adecuación a la realidad actual que sorpresivamente nos toca vivir. Luego de los primeros momentos de incertidumbre y de hacer lo posible, pudimos dedicarnos a pensar en las mejores opciones, que (según mi punto de vista) he desarrollado en el artículo precedente del mes de julio. Ahora nos compete ir construyendo el retorno, más allá de lo esperado desde lo sanitario —definido por los que cuentan con los saberes y responsabilidades pertinentes— centrándonos, los educadores, desde nuestras diversas tareas profesionales, en las elecciones y acciones didácticas.

Sin embargo, es importante pensar previamente sobre aquello que realizaremos y cómo se podrá concretar, para que el retorno no nos encuentre sorpresivamente como la impensada pandemia.

 

Para el retorno, nuevos acuerdos educativos

Algunas ideas importantes:

  • Será necesario sostener la escucha de los niños y sus familias: nuestros pequeños necesitaran ser escuchados y «mimados», con distanciamiento corporal pero apretados en lo vincular que puede expresarse, mientras tanto, en la voz y el tono que ponemos de manifiesto, las miradas con todos los sentimientos que transmiten y los niños saben descifrar y decodificar, los mensajes que transmitimos a través de cada actitud y cada acción que realizamos.
  • Con respecto a las propuestas educativas, más allá de los mencionados tiempos y espacios para hablar, escucharse, mirarse, debemos pensar en las propuestas que intenten garantizar las trayectorias educativas. La mirada desde la continuidad pedagógica nos permitió ir encontrando los mejores modos de sostener lo pedagógico en los tiempos de pandemia que aún continuamos transitando, desde esta posibilidad se torna fundamental retomar las propuestas desarrolladas para que no caigan en el vacío de la inercia de solo haber pasado los tiempos que nos tocaron vivir; por esto es necesario retomar las propuestas desarrolladas aunando participaciones, buscando coincidencias, agregando la información necesaria.

Generalmente las propuestas de educación virtual requieren un momento presencial para abordar lo desarrollado, en este caso puntual la idea es retomarlo y partir de allí continuar las tareas, eso posibilitará que no se esfumen algunos aspectos, que no hayan sido un tiempo y un espacio casi sin sentido, además de permitirnos retomar aquello que se desarrolló para dar continuidad al trabajo.
En este sentido, retomo la idea de Ausubel del aprendizaje significativo, que presenta tres condiciones para su consideración: la condición psicológica, es decir, las relaciones significativas y no arbitrarias entre lo que se sabe y lo que se va a aprender (a la cual me estoy refiriendo en lo recién explicitado), la condición lógica vinculada a la organización de contenidos y materiales y su coherencia interna, y la motivación o predisposición para realizar aprendizajes significativos.
Por otra parte, no olvidemos que en la educación inicial el retorno nos encontrará en un nuevo «período de inicio» a destiempo y más largo, con todas las vivencias coexistidas a cuestas, debiendo nutrir el reencuentro de aquello que dejamos sostenido en un tiempo y un espacio que se volvieron diferentes, desconocidos, inéditos, hasta irreales en algunos aspectos.

 

A modo de cierre 

Retomando dos ponencias que impactan en las reflexiones y acciones desarrolladas:

  1. Tonucci, en su conferencia, presenta la idea de un nuevo «pacto educativo» que una a la familia y a la escuela, y se abra a la colaboración familiar…
    Considero que esta es la mejor opción para el logro de todo lo presentado, sostenido en un fuerte y potente trabajo escolar en equipo, por fin…
  2. Antonio Castorina, en su conferencia, presenta los problemas que circulan habida cuenta de la situación de excepcionalidad que vivimos y los desafíos que identifican los docentes, refiriéndose especialmente a las duras condiciones en que llevan a cabo sus tareas; a su vez, presenta la idea de cómo se agudizan en estos tiempos de pandemia los problemas inherentes a la producción del conocimiento —aspecto que retomaremos en el próximo artículo— valorando la importancia de dar espacios para escuchar a los alumnos, planteando que el contexto de pandemia con sus limitaciones reivindica el valor de la participación, que habrá que pensar acerca de qué debemos escuchar cuando enseñamos y qué experiencias queremos brindar a nuestros/as

 

Accedé a las reflexiones de ambos pedagogos.

  • IIPE UNESCO América Latina. «Webinar: “¿Cómo planificar la vuelta a las aulas?” con Francesco Tonucci». (1:51:14).
  • «Producción de conocimientos en el contexto de la pandemia». Especialmente explosicion de J.A. Castorina (0:00 a 31:24)

 

Entonces, ¿qué experiencias queremos brindar a nuestros/as alumnos/as en las escuelas?

Pensando en el regreso con gloria, se abre esta fundamental pregunta sobre la cual podremos proyectar un retorno mejorados, potentes, recreando qué deseamos y decidimos modificar y sostener en los nuevos tiempos educativos.

 

Notas

  1. [Ver el artículo anterior de la autora «La educación en tiempos de pandemia… lo que el viento no se llevó». En A Construir. N° 4. Julio de 2020. www.conexiondocente.com.ar,
  2. PITLUK Laura. «Entre las modas con globitos de colores y los enfoques educativos comprometidos y reflexivos… Auspiciando un “Regreso con gloria” que conserve lo que el viento nunca se puede llevar… ¿y mientras tanto?». En Revista Travesías didácticas. Mayo 2020.
  3. Película Regreso sin Gloria. Dirección Hal Ashby. EEUU (1978). Drama sobre las secuelas de la guerra de Vietnam.
  4. PITLUK Laura. Op. cit.

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