La educación en el contexto actual: continuidades y articulaciones posibles

En el complejo contexto actual, nos preguntamos si enseñar la importancia del cuidado de la vida implica alejarse de lo educativo. La respuesta, por supuesto, es ¡No! Por el contrario, significa pensar en una educación integrada e integral que incluye en el «amasado» didáctico lo afectivo en lo educativo, sostenido en los valores que priorizan el cuidado y la salud, ejes de enseñanza fundamentales, ya sea desde la educación presencial, virtual o mixta/combinada.

Desde la extrema bondad y calidad humana de Martin Luther King, desde su lucha sin tiempos ni fronteras, desde sus ideales siempre puros y sostenidos pese a las graves adversidades y la profundidad de sus utopías casi impensables de ser concretadas…   podemos apreciar sus «disculpas» a los violentos y deshonestos, a los que miran su propio bien y no al bien común creyéndose inmortales desde la impunidad que otorga el poder.

Aquellos que se olvidan que la salvación no puede nunca ser individual y que solo se logra si nos salvamos todos, descartando la posibilidad de que cambien el viento y la rueda de la vida los ubique en lugares no imaginados en los cuales puedan tener que vivenciar aquello no deseado y establecido para otros.

¿Y los que se callan? ¿Cómo podemos ayudarnos a decir lo que hay que decir con respeto y amorocidad? ¿Cómo logramos decirles a los que nada ni nadie les importa que el prójimo es quien nos hace mejores y nos permite vivir con otros construyendo una sociedad más justa y mejor para todos?

¿Y los educadores con ese afecto profesional entrelazado con la responsabilidad educativa y la sensación de peso en la espalda, la palabra y el corazón? ¿Cómo participamos desde nuestra identidad profesional y utópica? ¿Cómo ejercemos nuestros derechos y nos hacemos partícipes protagonistas de los derechos de los más pequeños también protagonistas, pero necesitados del sostén adulto para manifestar sus acciones? ¿Cómo les enseñamos a nuestras infancias a amar la vida, a cuidar la salud, a cuidarnos-protegernos-mimarnos-sostenernos entre todos? ¿Qué influencia ejercen nuestras propuestas, nuestras palabras y acciones como educadores responsablemente democráticos y fortalecedores? ¿Cómo influimos en sus posibilidades de conformarse como sujetos de derechos, respetuosos, pensantes, autónomos pero desde esa autonomía bien entendida que significa sostener los propios puntos de vista teniendo en cuenta los de los demás y vivir con los otros y no contra los otros? ¿Cómo recordamos y les enseñamos acerca de la necesaria articulación entre las normas y sus concreciones respetuosas?

Cansan —y más en esta época de agotamientos personales y colectivos— los egoísmos, las difamaciones, las manipulaciones, las mentiras que infames e impiadosas intentan —y tantas veces lamentablemente logran— sacar ventaja para lo propio; agotan y agobian la falta de interés por los otros, la ausencia de cuidado y respeto para aquellos que nos cuidan, la escasez de responsabilidad comprometida y criteriosa, las palabras y las acciones hirientes que van en contra de  «las palabras precisas»… esas que cuidan y protegen, esas que contagian amor hacia los otros.

 

Desafíos de la educación en el contexto actual: posibilidades, debates y alcances 

Vuelvo a destacar la importancia del cuidado y de la vida. Y me pregunto ¿no es esa la prioridad? ¿Qué puede ser más valioso que proteger la vida y la salud de todos y todas? ¿Qué puede ser más significativo de enseñarles a nuestros niños y niñas que aprender a cuidarse y cuidar a los otros pensando en el bien común? ¿Eso implica alejarse de lo educativo? ¡No! De ninguna manera, por el contrario eso significa pensar en una educación integrada e integral que incluye en el «amasado» didáctico lo afectivo en lo educativo, y sostenido en los valores que —en fuerte oposición a los contravalores— priorizan el cuidado y la salud, que además son ejes de enseñanza fuertes y fundamentales, ya sea desde la educación presencial, virtual o mixta/combinada.

Enseñarles a los niños y niñas a cuidarse y cuidar a los otros y otras, es central… abordar con ellos y ellas estos ejes de enseñanza los fortalece como sujetos de derechos, pensantes, dispuestos a lo principal.

 

Vale volver a destacar un punto significativo

Aunque se priorice el trabajo sobre todos los conocimientos válidos en una época determinada y la profesionalidad docente para generar propuestas en ese sentido, ¿vale más un contenido de un área específica que un contenido ético? En realidad, ¿debemos priorizar alguno? ¿Se puede decidir separarlos o debemos trabajarlos articuladamente, en conjunto, incluso en algunos casos alternándolos?

Y me centro —una vez más, porque pese a esta gran crisis nos corresponde realizarlo— en aquellos desafíos pendientes de la educación inicial, esas deudas que nos imponen las revisión de nuestros estereotipos fundantes, la centralidad en las modas de turno, las grietas educativas y disputas por aquello que no es lo verdaderamente importante, las contradicciones entre ese enfoque que decimos sostener y nuestras acciones, la selección-planificación-desarrollo-evaluación de propuestas significativas que pongan de manifiesto esos ideales educativos que queremos promover y favorecer, la primarización no deseada, la pérdida de sentidos, las luchas por sostener nuestra identidad pero sin infantilizarnos, la mirada centrada en los niños y niñas, el reconocimiento de los valores  que nos conforman como sujetos éticos y políticos para sostener desde allí nuestro ser educativo profesional, respetuoso y responsable.

A su vez, me instalo en las posibilidades, debates y alcances… esos que nos permiten abrir las compuertas a lo posible buscando y encontrado las mejores opciones en cada situación, esas que centran a lo educativo —con sentidos— en las prioridades de los escenarios didácticos y a los educadores como los protagonistas de las mejores preguntas, respuestas y acciones.

Sueño y sostengo la idea de concebir a la educación y a los educadores alejados de…

  • la concepción de ser mero ejecutores de lo pensado por otros;
  • las acciones educativas lineales y sin sentido para no desafiar lo impuesto ni sentirse lejos del sistema que incluye o destierra;
  • la obligación de cumplir órdenes poco criteriosas que dividen las aguas y las acciones;
  • la necesidad de realizar propuestas —parafraseando a mi amada amiga Patricia Berdichevsky— desde la mirada de las «correspondencias término a término» alejadas del paradigma de la complejidad;
  • la actualización de disputas innecesarias y caducas entre educación y cuidado, enseñanza y afectividad, juego y contenidos.

 

¿Cómo influimos en sus posibilidades de conformarse como sujetos de derechos, respetuosos, pensantes, autónomos pero desde esa autonomía bien entendida que significa sostener los propios puntos de vista teniendo en cuenta los de los demás y vivir con los otros y no contra los otros?

 

 

Continuidades y articulaciones posibles 

Sostenemos la continuidad en las ideas y concepciones acerca de la educación, las infancias, las escuelas… sustentadas en el enfoque y las propuestas que le otorgan consistencia, coherencia y unidad de sentido a nuestras acciones y tareas educativas.

Apuesto a…

  • Abrir el abanico de posibilidades ricas y creativas, abiertas y contextualizadas, flexibles y dinámicas, sin perder jamás el rumbo, pero abriéndonos a los nuevos desafíos.
  • No renunciar jamás al compromiso en las búsquedas y encuentros posibles, adecuado las acciones a los contextos sociales y educativos.
  • No escindir, ni compartimentar ni cercenar sino articular, integrar, complementar.
  • No dividir sino multiplicar, no separar sino construir, no pelear sino luchar por aquello que nos hace mejores personas, mejores profesionales, mejores escuelas con todo lo que ello implica.

 

Apuesto no a dividir sino a multiplicar, no a separar sino a construir, no a pelear sino a luchar por aquello que nos hace mejores personas, mejores profesionales, mejores escuelas con todo lo que ello implica.

 

Canción pequeña

Marta Gómez

«Cuando todo pase habrá un abrazo
Cuando todo pase habrá un amigo
Cuando todo pase yo voy a abrazarte
Voy a susurrarte canciones al oído.
Cuando todo pase alguna vez
bailaremos juntos muy lejos del ruido

Que se acabe ya para que te pueda besar
…» ()

  • Accedé al audio de la «Canción pequeña», cantada por Marta Gómez y Juan Andrés Ospina.

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