América Latina: diversa, plural y colorida
En el mes de octubre se conmemora el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, fecha que toma como referencia la llegada de Colón a América y que ha pasado por diferentes nombres y motivos para su conmemoración. El cambio no es inocente ni caprichoso. Las palabras que elegimos diseñan el mundo que nos rodea, sirven para jerarquizar y para mostrar nuestra mirada del presente y también del pasado.
Dejar de hablar de «raza» o de «descubrimiento» cobra significado como consecuencia de una revalorización de lo americano originario. Si bien la llegada de los europeos al continente significa un punto de quiebre insoslayable, no significa que la historia americana haya comenzado a partir de ese arribo al que la mirada hispánica menciona como «descubrimiento», ni que el desarrollo cultural de los pueblos originarios se detenga a partir de ese momento.
Durante mucho tiempo la historia del arte y la literatura hacían un corte en el que ubicaban en el período precolombino los productos culturales previos al arribo de los europeos a estas tierras, pero hace ya varios años que se intentan resignificar las manifestaciones que siguen desarrollando los pueblos originarios. Este nuevo enfoque entiende a la cultura como una manifestación viva de los pueblos, que no queda expuesta o petrificada como una pieza de museo.
Las palabras que usamos
Así como el 12 de octubre dejó de ser el día del descubrimiento o el de la raza, también dejamos de llamar indios o aborígenes a los nativos americanos. El primer nombre estaba asociado a que Colón pensaba que había arribado a las Indias Occidentales, por lo tanto, sus habitantes eran indios. En el segundo, el prefijo -ab, que proviene del latín, tiene un matiz de negación y se interpretaría como «sin origen». De esta manera, las palabras diseñan un mundo en el que los pueblos que lo habitaron desde tiempos inmemoriales, quedan despojados de la pertenencia a su propia tierra a partir de la llegada de Colón, quien la declara parte de la Corona Española. Por eso, hablar de pueblos originarios es reivindicar su relación estrecha con la tierra y reconocerlos como grupos culturales activos.
Un lugar común es el que dice que los y las argentinos venimos de los barcos y mira extrañado hacia las raíces americanas. Desde esta mirada, se construye una identidad pensada desde lo blanco y las raíces europeas que provienen de las oleadas inmigratorias de fines del XIX y principios del XX, muy arraigada en los grandes centros urbanos, que identifica las características nativas americanas como provenientes de países limítrofes.
Hoy en día los pueblos originarios, reconocidos en nuestra Constitución, tienen una participación muy activa en la vida pública y en el activismo político y cultural. De hecho, han surgido movimientos, como Identidad Marron, que intentan reivindicar las raíces originarias presentes en los habitantes de nuestro país.
Accedé a la página del movimiento mencionado. |
Otra reivindicación que viene ganando espacio en los últimos tiempos es la de los colectivos afroamericanos. Tradicionalmente se ha invisibilizado la presencia de estas etnias en Argentina, que en la actualidad buscan recuperar su presencia en la historia del territorio desde diversos colectivos y manifestaciones culturales.
Accedé a información sobre la inclusión en el cuestionario del último Censo Nacional del «Autorreconocimiento indígena u originario» y el «Autorreconocimiento afrodescendiente o de antepasados negros o africanos». |
Una forma de bullying que persiste: prejuicios raciales en la escuela
«Todo empieza en el colegio, desde que comienzan a relacionarse con otres niñes y no llama la atención utilizar negativamente expresiones como ‘día negro’, ‘trabajo en negro’, ‘agujero negro’, ‘mercado negro’, la lista es interminable cuando se le da a la palabra ‘negro’ una connotación peyorativa. Las agrupaciones de afrodescendientes estamos trabajando en esto y mucho», dice Luján Álvarez, una afrouruguaya que vive en Argentina, en una entrevista realizada por el diario Página/12, en junio de 2020. El ámbito de la escuela se presenta como un escenario en el cual pueden aparecer problemas vinculados a la discriminación y/o estigmatización. |
¿De qué color es el color «piel»?
Angelica Dass es una fotógrafa brasileña que tenía siete años cuando su profesora le mostró, por primera vez, un lápiz de «color piel». «Yo estaba hecha de piel, pero mi piel era marrón. Sin embargo la gente decía que yo era negra. Yo tenía un lío enorme de colores en mi cabeza», explica la artista.
Nacida en una familia fruto del mestizaje de su Brasil natal, pronto tomó conciencia de que el color de la piel, la cultura o la nacionalidad eran elementos capaces de levantar muros entre las personas. «Siempre he pensado que el mayor tesoro de la especie humana es su diversidad», asegura. Con esta idea, decidió dar un paso al frente. Creó Humanae, un proyecto fotográfico que utiliza el retrato para acercar a personas de todo el planeta. Un alegato en favor de la belleza de la diversidad humana: «Debemos entender nuestra diversidad como algo que nos hace crecer. No como algo que temer o despreciar».
Humanae se ha convertido en un referente para miles de escuelas en todo el mundo. Pero también para instituciones internacionales como la ONU o el Foro Económico Mundial. «Todos tenemos el poder de cambiar la narrativa respecto a la discriminación, sea del tipo que sea». Y advierte: «Debemos estar atentos, y tomar conciencia de cuándo tratamos a otros seres humanos como menos humanos».
¿Qué pasa en nuestras aulas? ¿Con qué colores se identifican niñas y niños? ¿Qué significados pueden reconocer en situaciones comunes de la vida escolar? ¿Qué representaciones aparecen en los cuentos, imágenes o canciones que trabajamos en la escuela?
Compartí con tus alumnos y alumnas reflexiones de Angelica Dass acerca del «color piel».
- «¿De qué color es un lápiz de color carne? Angelica Dass, fotógrafa»
Descolonizar la mirada
Desde hace varias décadas, muchos artistas han trabajado a partir de los significantes de los pueblos originarios. Sería tentador hablar del rescate de una herencia cultural —aunque esto supondría que la cultura de los pueblos originarios es un fenómeno detenido en el pasado—, a la que la cultura occidental contemporánea deja cristalizada en una foto quieta. Esto supone un conflicto con los originarios que en la actualidad bregan por un espacio de reconocimiento autodeterminado, que no se acomoda al lugar en que la cultura occidental quiere encasillarlos. Un riesgo de la multiculturalidad es mirar todas las manifestaciones particulares en una mirada uniforme, que no reconozca las formas de vida actuales en las que se mixturan las expresiones propias de su cultura con las expresiones más contemporáneas.
Uno de los casos más emblemáticos es el de la artista Frida Kalho, quien rescató las raíces del arte popular mexicano a través de sus cuadros, su vestimenta e ideologías. Hoy en día se ha convertido en una imagen que es reconocida a nivel mundial, aunque muchas veces no se da real dimensión de la apuesta profunda que tuvo esta mirada, incluso para los propios mexicanos, para quienes la cultura originaria estaba subsumida como una expresión menor frente a la alta cultura.
Accedé a recursos para trabajar en el aula la figura de Frida Kahlo. |
La producción de Frida se inserta en una serie de movimientos de la época, en donde participaron otros artistas plásticos, como su marido Diego Rivera, y David Siqueiros.
Los muralistas creían que el arte no era un privilegio solo para aquellos que pudieran pagar por él; sino un privilegio para todos y todas. El arte es un medio que nos permite conocer, observar y apreciar la realidad. Por ello David Alfaro Siqueiros pintó murales del tamaño de varios edificios importantes en la Ciudad de México, con la idea de alfabetizar visualmente a las mayorías, y transmitir mensajes de justicia social.
Desde el ámbito de la música, también hay diferentes proyectos que intentan promover los sonidos propios del sentir/ser latinoamericano, recuperando ritmos, instrumentos y temáticas. Por ejemplo, el músico uruguayo Rubén Rada, en su disco «Rada para niños», trae los ritmos del candombe adaptado para las niñeces. Otros, como el grupo Canticuénticos, en «El mamboretá» despliega la fauna propia del litoral argentino con una base de chamamé y una serie de palabras guaraníes que se entremezclan con el español o en su canción más popular, «El monstruo de la Laguna», aparece el ritmo de la cumbia.
Conocé las ideas de Chango Spasiuk sobre los estereotipos en la música.
- «Chango Spasiuk: La mùsica y los estereotipos – Canal Encuentro»
Estos artistas elaboran productos de calidad con letras pensadas para los más chicos en los que, además, pueden encontrar representación de los sonidos que son propios de su vida cotidiana. Así, se reduce esta brecha en la que los productos culturales que se ven o escuchan en la escuela pertenecen a una esfera separada, en la tradicional división entre alta cultura y cultura popular, y generan modelos de representación más cercanos.
Escuchá con tus alumnos y alumnas algunas de las canciones mencionadas.
- Canciones de la escuela. «Rada Para Niños – Yo Quiero (Video Oficial)»
- «El mamboretá – Canticuenticos (animación)»
Desde la literatura, los escritores clásicos más asociados a lo autóctono son Horacio Quiroga y Gustavo Roldán, quienes también construyen un universo de animales de la selva y paisajes propios de la Argentina. También podemos encontrar antologías de leyendas locales, como la del Coquena, que han pasado de generación en generación en la tradición oral y de a poco se han ido incorporando en los libros de texto, o versiones en lenguas indígenas de clásicos que se han repartido en las escuelas, como las tiras de Mafalda. Inclusive es una buena oportunidad para abordar expresiones de la literatura oral si la comunidad cuenta con la tradición de cuentistas, y de darle un lugar en la escuela a expresiones de lenguas originarias si se encuentran referentes en ella.
Ya sea desde las artes plásticas, la música o la literatura también es importante mirar hacia los artistas locales, cuyas historias suelen estar entrelazadas con sus lugares de origen y que muestran un sentires, paisajes y temas en los que niños y niñas pueden reconocerse.
La identidad latinoamericana
Resulta imposible pensar la cultura latinoamericana actual sin una multiplicidad de expresiones que la atraviesan, difíciles de encasillar en una sola época y estilo. Estas identidades son expresiones vivas de la cultura que se niega a quedar detenida en una mirada folclórica e inocente y que recupera reivindicaciones de larga data, y con otras propias de los sentires actuales de los originarios. Es importante que la escuela pueda ofrecer estos espacios de representación desde las diversas manifestaciones artísticas en las que niños y niñas puedan reconocerse.
Descargá, en formato imprimible, las Fichas en las que se trabajan las distintas identidades presentes en nuestro país a fin de evitar la discriminación y/o estigmatización.
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Bibliografía
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