Arriba el telón. Los textos teatrales en la escuela, estreno de posibilidades

Los textos dramáticos nos proponen poner el cuerpo en juego: la voz, la presencia, la gestualidad. Nos invitan a ocupar roles nuevos y encuadran formas de vincularnos siendo otras/os. Nos traen nuevos viajes.

Las grandes producciones, con escenografía y disfraces, el teatro leído, las improvisaciones, entre tantas otras, son cauces posibles que comprometen el hacer compartido y permiten reconocernos y mirarnos de formas inesperadas.

 

El género dramático ofrece un lenguaje potente para la exploración del movimiento, el gesto, las actitudes corporales, las imágenes sensoriales.

 

Hagamos una cita a la tardecita1

Personajes

  • PRESENTADOR
  • PRESENTADORA
  • ROCÍO
  • MATEO
Acto único

(La escena transcurre en la esquina céntrica de una ciudad.)

PRESENTADOR Vamos a presentarles una historia de enamorados…
PRESENTADORA De esas que ocurren en cualquier lugar…
PRESENTADOR Y en todos lados.
PRESENTADORA Es una historia de encuentros y desencuentros…
PRESENTADOR Podría suceder hoy…
PRESENTADORA O en cualquier momento. Los protagonistas podrían llamarse de muchas maneras.
PRESENTADOR Él podría ser Pedro…
PRESENTADORA Y ella Gabriela.
PRESENTADOR Pero él también podría llamarse Juan, Adolfo o Daniel.
PRESENTADORA Alberto, Diego o Miguel.
PRESENTADOR Y ella podría ser María, Marta, Mónica, Estela,
PRESENTADORA Valeria, Silvina o Marcela.
PRESENTADOR Hasta podrían llamarse Julieta y Romeo.
PRESENTADOR Pero se llaman: ¡Rocío y Mateo!
PRESENTADOR Lo que les sucedió es tan común y al mismo tiempo tan singular…
PRESENTADORA ¡Que le podría ocurrir a cualquier mortal!
PRESENTADOR Es una historia ficticia y también verdadera…
PRESENTADORA De esas que no le ocurren a nadie… ¡y le pasan a cualquiera!
PRESENTADOR Fue un día de invierno cuando se encontraron por primera vez.
PRESENTADORA Y pese al frío los dos pensaron: ¡Ya es primavera!
PRESENTADOR ¡Al verse se sintieron impactados por la flecha del amor!
PRESENTADORA Y le pidieron uno al otro: ¡Una cita, por favor!
(Mateo y Rocío, cada uno en su casa, hablan por teléfono. Los presentadores permanecen en escena todo el tiempo, pero ellos no los ven.)
MATEO Te espero mañana a las ocho, en la esquina de Corrientes y Fray Mocho.
ROCÍO Allí, estaré. A las ocho. No faltaré aunque llueva o truene.
MATEO Yo tampoco, aunque caiga granizo o nieve.
(Salen Rocío y Mateo.)
PRESENTADORA Al día siguiente Mateo llegó puntualmente a la esquina de Corrientes y Fray Mocho.
PRESENTADOR Y Rocío también llegó justo a las ocho.
PRESENTADORA Pero por más que esperaron y miraron…
PRESENTADOR ¡No se encontraron!
(Entran Rocío y Mateo por separado y permanecen cada uno en un sector diferente del escenario, sin verse.)
ROCÍO ¡Mateo, Mateo, Mateo!
Te busco pero no te veo.
MATEO Rocío, Rocío, Rocío,
¿dónde te fuiste, amor mío?
ROCÍO Tengo el corazón destrozado.
Mateo no aparece por ningún lado.
MATEO Tengo el corazón partido.
Me hiere la ausencia de Rocío.
(Salen Rocío y Mateo.)
PRESENTADORA Totalmente desalentados, volvieron cada uno a su casa.
PRESENTADOR Tenían el ánimo por el piso.
PRESENTADORA Pensaban que el otro había olvidado el compromiso.
PRESENTADOR No encontraban respuesta ni consuelo.
PRESENTADORA ¡Los dos se sentían por el suelo!
PRESENTADOR Estaban totalmente desolados.
PRESENTADORA ¡Creían que su amor los había abandonado!
PRESENTADOR Y para expresar su desengaño, su dolor y su pena, se dedicaron a escribir poemas.
(Rocío y Mateo, en sectores opuestos del escenario dicen)
MATEO  Ayer pasé por tu casa,
miré, miré y no te vi,
y aunque era pleno día,
se hizo noche para mí.
ROCÍO En la selva del Brasil
hay un picaflor perdido;
si yo no tengo tu amor
soy un pájaro sin nido.
PRESENTADORA Pasaron muchas horas envueltos en una profunda tristeza….
PRESENTADOR Tenían miedo de perder la cabeza….
PRESENTADORA Hasta que finalmente…
(Rocío y Mateo se hablan por teléfono.)
MATEO Ayer te estuve esperando
desde las ocho a las diez
no pude esperarte
más por el dolor de los pies.
ROCÍO Y también yo te esperaba
en el lugar acordado
cuando vi que no venías,
pensé: seguro me ha olvidado.
MATEO No hacía más que pensar en vos
mirando hacia todos lados
hasta que me convencí
que me dejaste plantado.
ROCÍO Yo te esperé y te esperé,
mientras se iba la mañana
cuando vi que eran las diez pensé:
se habrá quedado en la cama.
MATEO Yo te esperé y te esperé,
mientras pasaba la noche
sin moverme de la esquina
parado como un fantoche.
PRESENTADORA Después de conversar un rato llegaron a una conclusión.
PRESENTADOR Se habían enredado en un pequeño error.
PRESENTADORA Volvieron a sentir confianza y alegría y no se hicieron un solo reproche.
PRESENTADOR Comprendieron que uno había ido a la cita a las ocho de la mañana…
PRESENTADORA ¡Y el otro a las ocho de la noche!
(Rocío y Mateo hablan por teléfono.)
ROCÍO Pero, ¡es imposible!
MATEO ¡Es increíble!
ROCÍO Los dos llegamos a la cita a las ocho, puntualmente.
MATEO Pero cada uno entendió algo diferente.
ROCÍO Uno fue a la noche, y otro a la mañana
MATEO ¡Qué lástima, qué pena, qué macana!
ROCÍO Mateo, fijemos otro encuentro.
MATEO Sí, sí, sí, ¡cuanto antes! ¡Quisiera verte en este mismo instante!
ROCÍO Mañana, a las seis de la tarde, en el bar «Quito».
MATEO Allí estaré. Esta vez no habrá ningún error.
ROCÍO Por las dudas, lo repito: a las seis de la tarde, en el bar «Quito».
(Salen Rocío y Mateo.)
PRESENTADORA Entusiasmados, Rocío y Mateo esperaron impacientes…
PRESENTADOR ¡Que llegara el día siguiente!
PRESENTADORA Esa noche, los dos estaban tan ansiosos…
PRESENTADOR ¡Que no pudieron pegar un ojo!
PRESENTADORA Y como el sueño no venía, se dedicaron con fervor…
PRESENTADOR ¡A la poesía!
(Rocío y Mateo, cada uno en su casa, dicen…)
MATEO En la puerta de mi casa
tengo un colgado un letrero
arriba dice tu nombre
y abajo dice: te quiero.
ROCÍO En la puerta de mi casa
hay un perejil plantado
que dice que por favor
no te vayas de mi lado.
MATEO Espero que lleguen
las seis de la tarde
la cabeza me vuela
el corazón me arde.
ROCÍO Espero que llegue
el momento de verte,
pero las horas pasan
tan lentamente…
(Rocío y Mateo entran cada uno a un bar diferente.)
PRESENTADOR Y finalmente los relojes señalaron las seis de la tarde.
PRESENTADORA Había llegado el momento…
PRESENTADOR ¡Del anhelado encuentro!
PRESENTADORA Mateo se acercó a una mesa y se sentó nervioso.
PRESENTADOR Cada dos minutos preguntaba la hora al mozo.
PRESENTADORA Rocío llegó y miró ansiosa todas las caras.
PRESENTADOR Pero la de Mateo, ¡ni se asomaba!
PRESENTADORA Los dos esperaban y esperaban mientras bebían café.
PRESENTADOR Y sentían que la espera les consumía la fe.
(Rocío y Mateo, cada uno en una mesa, desesperados dicen casi llorando)
MATEO Rocío, Rocío, Rocío,
¿dónde te fuiste, amor mío?
ROCÍO Mateo, Mateo, Mateo,
te busco pero no te veo.
MATEO Rocío, Rocío,
sin vos la vida es un desierto frío.
ROCÍO Mateo, Mateo,
sin vos el mundo es triste y feo.
PRESENTADOR Los dos creían estar en el lugar convenido.
PRESENTADORA Y ni sospecharon un malentendido.
PRESENTADOR Sin embargo, había ocurrido algo sorprendente.
PRESENTADORA ¡Estaban esperando en lugares diferentes!
PRESENTADOR Esperaron los dos hasta la medianoche.
PRESENTADORA Y al final se fueron.
PRESENTADOR Mateo se fue a pie y Rocío, en coche.
PRESENTADORA Se sentían totalmente confundidos.
PRESENTADOR Pensaban que el otro se había arrepentido.
PRESENTADORA Tenían el corazón destrozado.
PRESENTADOR Se sentían solos y abandonados.
PRESENTADORA Y se pasaron noches y días…
PRESENTADOR ¡Volcando su dolor en la poesía!
(Rocío y Mateo, cada uno en su casa, dicen)
ROCÍO Puedo soportar el frío,
la tempestad o la helada,
pero no puedo aguantar
que me dejaras plantada.
MATEO Cuando no estás a mi lado
soy como una flor marchita,
por favor,
¿querés decirme por qué faltaste a la cita?
PRESENTADOR El desánimo los estaba venciendo. Era tanta su pena…
PRESENTADORA ¡Que no comían ni el almuerzo ni la cena!
PRESENTADOR La poca energía que tenían la dedicaban a sus poemas.
(Rocío y Mateo, cada uno en su casa, dicen)
ROCÍO La flecha busca el arco
la abeja busca la flor,
y yo no único que quiero,
es encontrarme con vos.
MATEO Cuando no estás a mi lado
soy como un vaso vacío
que no podría llenar
ni toda el agua del río.
ROCÍO Si no tengo tu amor
todo es congoja,
el cielo se nubla,
la flor se deshoja.
MATEO Si llaman a tu puerta
es el cartero,
le pedí que te anunciara
que yo te quiero.
PRESENTADOR Mateo y Rocío estaban a punto de sucumbir en un océano de lágrimas y angustia.
PRESENTADORA Tenían el rostro demacrado y la mirada mustia.
PRESENTADOR Cada uno creía que el otro lo había olvidado…
PRESENTADORA Y sin embargo, los dos estaban ¡enamorados!
PRESENTADOR Tenían miedo de buscar y que nadie respondiera.
PRESENTADORA Tenían miedo de querer y que el otro no quisiera.
PRESENTADOR Tenían miedo de amar pero no ser amados.
PRESENTADORA Tenían miedo de llamar y escuchar: ¡equivocado!
PRESENTADOR Hasta que finalmente, juntando coraje y valentía, se armaron de valor y de osadía…
PRESENTADORA ¡Decidieron llamarse, a la misma hora del mismo día!
PRESENTADOR Pero no hubo caso.
PRESENTADORA Su intento fue un total fracaso.
PRESENTADOR Mientras trataban de hablarse tenían el tubo descolgado…
PRESENTADORA Y los dos teléfonos sonaban: ¡ocupado!
PRESENTADOR Entonces, antes de hundirse en la desesperación…
PRESENTADORA Ambos tomaron una decisión.
PRESENTADOR ¡Irían a buscarse a cualquier parte, aunque tuvieran que llegar a Marte!
PRESENTADORA Pero no tuvieron que cruzar ríos ni valle
PRESENTADOR ¡Se encontraron en el medio de la calle!
PRESENTADORA Se dieron cuenta de la proximidad del otro…
PRESENTADOR ¡Porque el corazón les galopaba como un potro!
(Rocío y Mateo en la calle, separados por unos pocos metros. Se escuchan los intensos latidos de sus corazones, de pronto se ven y se acercan uno al otro corriendo.)
MATEO ¡Rocío!
ROCÍO ¡Mateo!
MATEO Te veo y no lo creo.
ROCÍO No lo creo pero te veo.
MATEO Quisiera saber, si la pregunta no te irrita, ¿por qué faltaste a la cita?
ROCÍO Un momento, antes que nada, quiero saber por qué me dejaste plantada.
MATEO No entiendo. Yo llegué a las seis de la tarde y esperé hasta la medianoche.
ROCÍO Yo también. Y te busqué en todo el bar «Quito» y no te vi.
MATEO Es imposible, yo te estaba esperando en el «Barquito».
ROCÍO Me parece que acá hay algo…algo…algo loquito.
MATEO A ver, pensemos un poquito.
ROCÍO Yo te esperé en el bar «Quito», el bar que se llama «Quito» de la calle Las Heras.
MATEO Y yo en el «Barquito», todo junto, el bar que se llama «Barquito» y queda en la costanera.
(Rocío y Mateo se toman de la mano y mirándose a los ojos dicen…)
ROCÍO Pensé que no me querías tuve miedo de buscarte.
Ahora que te encontré ya no quisiera dejarte.
MATEO Pensé que ya no me amabas
tuve miedo de perderte.
Ahora que te encontré
no quiero dejar de verte.
ROCÍO Hagamos una cita para mañana.
MATEO Me parece una muy buena idea.
(Rocío y Mateo permanecen tomados de la mano mientras los presentadores caminan a su alrededor.)
PRESENTADORA Para evitar malentendidos y confusiones…
PRESENTADOR Para no caer en errores y equivocaciones…
PRESENTADORA Para no enredarse en ambigüedades…
PRESENTADOR Se citaron para verse al mismo tiempo a distintas horas….
PRESENTADORA ¡Y en distintos lugares!
PRESENTADOR Y recurriendo a todo su talento y a su arte…
PRESENTADORA ¡Pudieron encontrarse todo el tiempo en todas partes!
PRESENTADOR No preguntemos cómo lo lograron, no lo hagamos, por favor.
PRESENTADORA Porque son los milagros que concede el amor.
(Telón)
«No en vano al viajar y encontrarnos en un espacio distinto del habitual muchas veces nos atrevemos a hacer travesuras que en el lugar en que vivimos no hacemos y no en vano al escribir y leer también nos embarcamos en situaciones que en la vida común tendríamos miedo de enfrentar».

Adela Basch

 


Accedé al PDF de otra obra de teatro de la autora, incluida en la Colección: «Las Abuelas nos cuentan».

 

Accedé al video de esta obra de teatro representada por actores de Teatro x la identidad.

  • «“El reglamento es el reglamento” de Adela Basch, teatralizado»

 

En esta obra de teatro, Adela Basch pone el lenguaje a jugar con los sonidos y el significado de las palabras. Un texto atravesado por una comicidad inteligente que nos hace reír a partir de los encuentros y desencuentros de los personajes, las confusiones, los enredos y los embrollos.

En estos años tan complejos, en los que la pandemia nos ha obligado a aislarnos para cuidarnos, las propuestas lúdicas y aquellas que ponen en juego el cuerpo y sus posibilidades expresivas se tornan más necesarias aún. El género dramático ofrece un lenguaje potente para la exploración del movimiento, el gesto, las actitudes corporales, las imágenes sensoriales. El teatro expande las posibilidades comunicativas, la observación, la imaginación y la percepción.

El teatro que se sitúa en lo cotidiano nos invita a «mirar con otros ojos». Pero además, al poner obras en escena en la escuela e interpretarlas, se nos convoca a «vivir» el mundo conocido desde otro lugar, «como si fuera el real». Otra potencialidad del teatro en la escuela es la posibilidad de cambiar de roles enriqueciendo las experiencias vividas: ser a veces actores/ actrices, y otras veces espectadores/as. Rotar los vínculos amplía la mirada sobre uno mismo y sobre los demás.

Por otra parte, el teatro convoca al trabajo inter y multidisciplinario: la música, la plástica, la expresión corporal dialogan con el lenguaje y las palabras que ofrecen las historias.

Desde la década del ochenta, el género dramático para niños/as en la Argentina ha tenido una clara renovación tanto por los temas abordados como por los estilos y formatos que fueron apareciendo. Adela Basch ha sido promotora de estos cambios con su notoria creatividad.

Sus obras ofrecen textos dramáticos que invitan al juego, a la risa y, por qué no, desde ellos a la improvisación en el espacio escolar convertido en escenario.

 

Otra potencialidad del teatro en la escuela es la posibilidad de cambiar de roles enriqueciendo las experiencias vividas: ser a veces actores/ actrices, y otras veces espectadores/as. Rotar los vínculos amplía la mirada sobre uno mismo y sobre los demás.

 

Adela Basch

En la página de la Editorial Abran Cancha, de la cual es fundadora, Adela Basch, en el año 2013, se presentaba así:

 

«Me llamo Adela Basch y la mayoría de mis amigos me conocen como Dolly. Nací en Buenos Aires a fines de 1946. Curiosamente, justo un año antes de cumplir los primeros doce meses de vida. En este momento tengo sesenta y siete años, pero debo admitir que esto no siempre ha sido así y no puedo asegurar que lo siga siendo por mucho tiempo más.

Leer y escribir empezaron a fascinarme cuando era chica. Leer, por los cuentos que me contaban a veces en mi casa y otras veces en la escuela. Escribir, cuando a los siete años me enamoré por primera vez de un compañero de colegio. Entonces comprendí que la mejor manera de expresar mis sentimientos eran los poemas que se me ocurrían. Hace tiempo que no sé nada de ese compañero, pero me las arreglé para seguir encontrando algo que me impulsara a escribir.

Mi infancia transcurrió mientras yo era una niña. En esa época tuvo lugar un hecho que me deslumbró y que después tendría consecuencias irreversibles: por primera vez me llevaron a ver una función de teatro.

Después empecé a dedicarme a algo que creo que no va a terminar nunca: aprender. Aprender de los libros, de lo que pasa en la calle, de las personas que fui conociendo, del teatro, de estar en silencio mirando algún río. Río mucho, porque me encanta reír.

Escribí muchas obras de teatro y también cuentos, poemas, chistes, colmos, historietas y otras cosas. A pesar de las diferencias que hay entre estas distintas expresiones de la literatura, lo que yo escribo tiene una característica común: se puede encontrar en los libros de los que soy autora».

 

 


Accedé al portal de la Editorial fundada por Adela Basch.

 

Otra información interesante acerca de Adela Basch es que estudió Letras en la Universidad Nacional de Buenos Aires.
Comenzó a trabajar realizando traducciones del inglés.
Desde 1986 hasta 1990 trabajó en el Plan de Lectura de la Dirección Nacional del Libro, espacio desde el cual coordinó talleres de promoción de la lectura y difusión de la literatura para chicos.
Entre 1993 y 1998 dirigió las colecciones de literatura infantil de Coquena Grupo Editor (Libros del Quirquincho).
En 2002 fundó Ediciones Abran Cancha, una propuesta editorial que pretende: «Soñar que un libro nos despierta y entrar en él para que los sueños no tengan fin.
Adela Basch fundó la editorial Abran Cancha en el 2002. Desde entonces, hacemos libros para niñas, niños, jóvenes y curios@s de cualquier edad. Nos guía la paciencia, el amor y un profundo respeto por las infancias y las adolescencias en sus variantes y complejidades.
Cada libro de Abran Cancha está pensado en detalle, cuidado tanto en su valor material como cultural y abierto para todas las posibles lecturas que despierte. Porque cada lector o lectora es únic@, diferente, especial. Y así también son sus sueños. 
Bienvenid@s a nuestro mundo lleno de experiencias para disfrutar».

 

 


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Nota

  1. BASCH Adela. (2020). En Llegar a Marte. Buenos Aires: Alfaguara.