Entre pormenores (y por mayores) de la evaluación
Los docentes sabemos que seremos evaluados de una u otra manera: por nuestros superiores jerárquicos, por los funcionarios de los diferentes Ministerios de Educación, por las familias, por nuestros alumnos y por nosotros mismos. Pero ¿cómo lo estamos haciendo y cómo estamos permitiendo que la evaluación se realice? ¿Es justa o solamente está al servicio de las evidencias que se necesitan para establecer ciertas líneas de política educativa?
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