La escuela y las elecciones
Este año se ha visto y se ve atravesado por un hecho fundamental que abarca distintas generaciones en todo el territorio nacional: las elecciones de autoridades ejecutivas y legislativas a nivel nacional, provincial y municipal. Esta situación, felizmente rutinaria desde hace algunas décadas, no puede permanecer inadvertida en las escuelas, protagonistas de la vida cívica y social, espacio donde se forman las nuevas generaciones A 40 años del retorno ininterrumpido de la democracia en Argentina, la tarea adquiere una relevancia aún mayor.
Por tantas razones, qué bueno es votar… Porque se cumplen 40 años de democracia en Argentina y esto debe ser celebrado. Celebrado y cuidado como uno de nuestros mayores tesoros. No debemos perder nunca de vista, educadores y educandos, que miles de personas lucharon y dieron incluso su vida para que esto sea posible.
Y también porque muchas veces, desde el descrédito que producen algunas acciones y el tratamiento que se les da desde los medios masivos de comunicación y en las redes sociales, se nos escapa este valor central, que queda opacado detrás de los escándalos y el rating, siempre más amigo de la queja que del festejo.
Dicho esto, definamos entonces al proceso eleccionario que abarca buena parte de este 2023 como un hecho central de la vida social de nuestro país. Un acontecimiento mayúsculo que de ninguna manera puede no formar parte de nuestra cotidianidad escolar. Porque dejarlo afuera de las aulas implicaría un ejercicio artificial y autoritario, pero, principalmente, porque estaríamos dejando pasar una excelente oportunidad para educar.
Claro que cuando hablamos de que esta situación específica de la elección forme parte del currículo, no lo hacemos desde ningún interés partidario ni apostando a que esta temática favorezca o perjudique a tal o cual partido político. De ninguna manera. La escuela debe mantenerse lo más lejana posible de una vinculación partidaria. No es esa su función. Pero sí lo es educar para la vida cívica. La educación es siempre política, en el mejor de los sentidos. Debe formarnos para que como ciudadanos seamos capaces de ejercer nuestros derechos sin impedimentos, para que participemos en los procesos de decisión sobre todas y cada una de las cuestiones que atañen a nuestra vida social.
La escuela tiene la misión fundamental de transmitir esos saberes y experiencias a las nuevas generaciones para que niños y niñas, jóvenes y adolescentes puedan ejercer su ciudadanía democrática.
Y concluido el proceso eleccionario en sí mismo, será más que oportuno considerar cómo se llevó a cabo, cuáles fueron sus características sobresalientes y cuáles serán sus consecuencias a la luz de los resultados obtenidos. Pero tal vez el objetivo máximo sea el dejar muy en claro que el ejercicio de la vida democrática no se agota con el voto, sino que, por el contrario, el sufragio es solo el puntapié inicial…
Accedé a explicaciones sencillas y completas sobre el sistema electoral de nuestro país.
- Canal Encuentro. «Qué es votar»
- Enseñanza y Herramientas Digitales. «Sistema Electoral Nacional | Las P.A.S.O. y métodos de elección de autoridades | Para Secundaria»
- «¿Qué votás en las PASO? | Filo.Elecciones»
Recomendaciones y actividades para nivel primario
Es posible en esta etapa formar alumnos y alumnas para la vida democrática. Para ello, se puede iniciar con la definición misma de democracia como una forma de vida que fomenta la convivencia pacífica y el respeto de las diferencias y donde todas las voces deben ser escuchadas.
Uno de los objetivos es valorizar la vida democrática y reconocer que no siempre pudimos asegurarla a lo largo de nuestros poco más de dos siglos de historia como nación. Otro es ayudar a los niños y las niñas a pensar en la democracia como un sistema de vida que alienta la participación de todos y cada uno, más allá de su edad.
Como hemos recomendado muchas veces en estas páginas, una muy buena vía de aprendizaje es hacerlo a través del planteamiento de un problema. Puede elegirse cualquier problema de la propia institución o del barrio mismo en el que esté inmerso. Se trata de plantearlo como una situación a resolver en la que todos debemos involucrarnos, por ejemplo, la higiene de la escuela.
A partir de su planteamiento, viene lo más interesante, que es el proceso de toma de decisiones.
Para tomar una decisión grupal, las voces de todos deben ser respetadas. Y para ello debe haber un orden de exposición de cada grupo de opinión y el debate correspondiente. Luego del intercambio de ideas y una vez expuestas las distintas posiciones, se procede a votar uno de los caminos de solución. Y luego se determinan los responsables y el rol de cada grupo en la ejecución del plan.
Este sencillo esquema sirve para trabajar muchos de los valores esenciales de la vida democrática. ¿Cómo nos ponemos de acuerdo? ¿Cómo nos escuchamos? ¿Todos y todas pueden votar? Son algunas de las preguntas que subyacen a esta actividad.
Recomendaciones y actividades para nivel secundario
Como hemos visto, durante buena parte de nuestra historia la democracia, tal cual la vemos y entendemos hoy, nos era vedada, estaba impedida por un conjunto de factores. Ya sea por etapas donde los golpes militares la interrumpían y dejaban sin efecto nuestros derechos o por otras en las cuales esos derechos no estaban legalmente constituidos ni se ejercían con plenitud.
Recién en este 2023 estaremos festejando cuatro décadas ininterrumpidas de democracia, algo absolutamente inédito en nuestra corta historia como país. Por ello, resulta especialmente significativo que los y las estudiantes secundarios/as puedan indagar sobre esa cuestión y el valor que a ella conferimos.
Una posibilidad es realizar charla-debates con distintos miembros de la comunidad que hayan vivido las etapas en las cuales este elemental derecho estaba prohibido o simplemente cercenado.
También se recomienda trabajar en grupo y que cada uno de los grupos constituidos entreviste a un familiar de mayor edad, si es posible algún abuelo o abuela, que les cuente cómo era la vida cuando argentinos y argentinas estuvimos privados de elegir quién nos gobernara y la sola idea de votar constituía una utopía irrealizable.
¿Qué sintieron la primera vez que votaron? ¿Cómo vivieron la prohibición de votar? ¿Cómo recuerdan el día en que volvieron a hacerlo? Son todas preguntas válidas que ejemplifican el valor de la votación.
Votar a los 16
En el caso de los estudiantes que se acerquen por primera vez al voto, la escuela debe proveerles la educación cívica básica necesaria para llevarlo a cabo. Se pueden trabajar los aspectos formales y procedimentales de una elección. El objetivo es brindar herramientas para que puedan votar de manera autónoma y consciente, y sobre todo feliz.
Se debe estimular a los alumnos y alumnas a buscar en la campaña electoral las propuestas de cada uno de los candidatos referidas a las distintas áreas esenciales: educación, convivencia, economía, salud, trabajo y seguridad.
Nuevamente, el trabajo en grupo es la mejor herramienta para aceitar los circuitos de participación e involucrar al conjunto del alumnado.
Es recomendable utilizar un esquema de tres pasos como el siguiente:
Compartí con tus alumnos y alumnas información para ejercer de manera autónoma y consciente su derecho a votar en las Elecciones Nacionales.
- Educar Portal. «A los 16»
En el voto se conjugan décadas de esfuerzos y es un gran símbolo de nuestros derechos y obligaciones, pilar de nuestro funcionamiento como sociedad.
Che, pibe: vení, votá… (Raúl Porchetto, 1982)
En nuestro país el voto es secreto, universal y obligatorio, tal como lo establece la denominada Ley Sáenz Peña (por el presidente Roque Sáenz Peña, quien la promoviera): Ley 8871 de 1912. ¿Cómo era votar antes de la ley? ¿Por qué había tanto fraude? ¿Cuáles eran los puntos débiles de la ley? Accedé a todas las respuestas en este video.
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Bibliografía
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