Las consignas de trabajo

La comunicación plantea dificultades que parecen irresolubles porque derivan de la interacción entre dos o más personas, de la relación que se establece entre ellas, de los presupuestos e historias que aporta cada una y de las modificaciones que sufre el mensaje durante el proceso de la comunicación, ya que el receptor produce un sentido y el mensaje siempre termina de ser construido por él.

Es por eso que es muy frecuente que nos preguntemos: ¿por qué no me entiende? ¿Por qué no puedo entenderlo? Si situamos la comunicación en el ámbito escolar, las preguntas planteadas adquieren otro sentido. En la escuela es esencial la comprensión entre los integrantes de la situación de aprendizaje, los malentendidos deben ser reducidos al mínimo posible puesto que las interacciones son fundamentales para la construcción del conocimiento. Si sabemos que gran parte de los mensajes son resignificados por el destinatario, en el receptor o simplemente se pierde, es realmente importante actuar sobre algunas variables para optimizar la comunicación y, en consecuencia, mejorar los aprendizajes.

 

Consignas orales, consignas escritas

La consigna es un aspecto de gran visibilidad del trabajo docente, de su planificación y su preparación de clases. Es también el texto que apela al alumno directamente, que le indica, lo acompaña, le sugiere y lo guía para realizar las tareas que lo pondrán en condiciones de aprender nuevos contenidos. Es por eso que es una de las modalidades más frecuentes en la comunicación entre docentes y alumnos.

 

Los malentendidos deben ser reducidos al mínimo, puesto que las interacciones son fundamentales para la construcción del conocimiento.

 

Los docentes imparten consignas escritas para que los alumnos realicen su trabajo en las carpetas o cuadernos, o indican la lectura de textos escolares que en muchas ocasiones contienen consignas para la realización de actividades o proyectos de trabajo.
Por otra parte, los docentes manejan también consignas a la hora de señalar las actividades del día o las pautas de comportamiento. Son actos de comunicación generalmente orales que van acompañados por gestos y por una entonación particular de la voz; pueden ser repetidos muchas veces de diferentes maneras por lo que en general no ofrecen obstáculos para la comunicación fluida.
En cambio, las consignas escritas son las que ocasionan mayores dificultades en la comprensión de los alumnos: requieren muchas veces de la «traducción» oral del maestro o generan malentendidos que llevan a los niños a realizar de manera incorrecta una tarea. Estas dificultades son originadas por diferentes causas; por un lado, en la formulación misma de las consignas, por otro, en la falta de hábito de los alumnos en la interacción con ese tipo de texto. Veamos estos dos problemas por separado.

 

La formulación de consignas

Es muy frecuente que, tanto en textos escolares como en la ejercitación propuesta por los docentes, se cuide la redacción del texto principal y se deje para el final del proceso de escritura la formulación de consignas. Es justamente el mensaje en el que se apela directamente al alumno, en el que se entabla una relación explícita con él y se le demanda una acción que se supone va a redundar en un nuevo aprendizaje o en la comprobación de un aprendizaje anterior que le permitirá avanzar hacia nuevos contenidos. Por eso resulta importante reflexionar brevemente sobre la naturaleza de este tipo de texto, tan utilizado, y al que no se le dedica suficiente análisis.

 

La consigna es el mensaje que apela directamente al alumno, entabla una relación explícita con él y le demanda una acción.

 

La consigna es un tipo de texto instructivo. Dentro de esta clase de textos encontramos las instrucciones, las recetas de cocina, los manuales de uso, los estatutos, los contratos, las indicaciones médicas, etc.
Los textos instructivos se definen como aquellos que indican o prescriben acciones apelando al destinatario. La función apelativa coloca en el lugar central del proceso de comunicación al receptor e intenta lograr determinado comportamiento: aceptar las propuestas del emisor, realizar acciones que este le ordena, considerar sus puntos de vista.
Las estructuras sintácticas que predominan en estas secuencias son yuxtapuestas y coordinadas; los verbos aparecen generalmente encabezando las oraciones, lo que destaca la importancia de la acción que realice el destinatario en este tipo de texto. Los tiempos y modos más utilizados son el imperativo, el presente, el pretérito perfecto simple y el infinitivo. Las clases de palabras más habituales son los sustantivos y los adjetivos que proporcionan y completan, respectivamente, los objetos a describir, que en el caso de las consignas son, esencialmente, procesos.

 

Análisis de los problemas más frecuentes en la formulación de consignas

Recorramos, a partir de estos ejemplos, las dificultades más frecuentes en la formulación de las consignas.

Consigna: ¿Cómo son estas ciudades?

Análisis de la consigna
En realidad, aunque esta oración aparece como consigna y en un apartado de actividades, no es en realidad una consigna ya que no indica ninguna tarea que los alumnos deban realizar. Las preguntas que no se relacionan con algún tipo de instrucción pueden resultar útiles para disparar conversaciones acerca de un tema, para abordar un texto nuevo, para favorecer las anticipaciones, etc. pero, si son tomadas como consignas o si se las utiliza como forma de evaluación, no resultan suficientemente claras y pueden generar malentendidos.

En este caso sería importante aclarar si el alumno debe elaborar una lista de características de cada ciudad por escrito, si debe redactar un texto, armar un cuadro o bien si todas esas respuestas resultan válidas a la hora de la corrección.

 

Consigna: Pensá ejemplos de este tipo de oraciones.

Análisis de la consigna
En este caso, si bien aparece una acción que proporciona una instrucción, esta no puede ser observada y por lo tanto no puede constatarse su realización.
¿Cómo puede evaluarse si el alumno ha pensado o no los ejemplos?
Es conveniente, entonces, agregar otros verbos tales como «escribí un texto corto en el que incluyas los ejemplos pensados», «escribí una lista de oraciones de estas características», etc.

 

Consigna: Observá esta pintura que muestra una batalla. Comparala con la pintura de la página anterior.

Análisis de la consigna
En esta consigna aparecen acciones que resultan insuficientes para lograr que el alumno realice una verdadera tarea productiva y autónoma.
A «observar» y «comparar» no se les suman otras instrucciones que permitirían enriquecer la tarea y hacerla más significativa.
Porque ¿qué hace el niño con la observación de la pintura? ¿Qué observa? ¿Cómo compara? ¿Señala aspectos parecidos y diferentes con respecto a la otra obra? ¿Escribe los parecidos y las diferencias que encontró? Si la consigna solo radica en observar, probablemente el alumno mirará distraídamente ambos cuadros y pasará a otra actividad.

 

Consigna: ¿Consideran que el cumplimiento del calendario de vacunación nos beneficia a todos?

Análisis de la consigna
Esta pregunta seguramente tuvo como objetivo que los alumnos pensaran acerca de conductas socialmente valiosas.
Pero, por un lado, no se aclara cómo se comunicará ese pensamiento si a través de una respuesta escrita, un debate, una pequeña investigación, etc. Por otro lado, la formulación lleva a contestar solo por sí o por no y no a fundamentar, debatir, argumentar. Si los alumnos realmente contestan sí o no, el docente no podrá demandar luego lo que no solicitó. Además, en este caso se evidencia que la respuesta está encerrada en la pregunta. Lo que debería ser un desafío para pensar, discutir posibilidades y confrontar posiciones se convierte en una actividad rutinaria de asentimiento a la opinión del libro o del docente. Pueden quedar afuera muchos matices que sería interesante tomar en cuenta.

 

Consigna: Averigüen datos relevantes acerca del escritor X.

Análisis
Cuando se solicita a los alumnos que averigüen o investiguen, es frecuente que no les indiquemos nada más, como si en la misma palabra estuvieran todas las claves de la actividad. Sin embargo, es habitual que los alumnos no sepan investigar, simplemente porque no se les ha enseñando el procedimiento y aparecen entonces dificultades para el cumplimiento de la consigna de trabajo.
Generalmente es necesario explicitar algunos pasos previos: para qué averiguar, cómo se relaciona lo que se averiguará con lo trabajado hasta el momento, dónde dirigirse para averiguar, cómo buscar y, por último, qué hacer con lo averiguado. En este caso también sería interesante ponerse de acuerdo con el grupo que trabajará sobre el significado de la palabra «relevante».
Por supuesto no es necesario incluir todo en una sola consigna pero sí guiar las acciones de los alumnos para que la actividad les resulte significativa y resulte un aprendizaje en sí misma, de manera que cada vez los alumnos necesiten menos ayuda para llevarla a cabo.

 

Accedé a este video acerca de la elaboración de consignas «¿Cómo hacer consignas escolares?»

 

La comprensión de las consignas se ve beneficiada cuando los alumnos han logrado cierta familiaridad con los textos instructivos.
En la escuela se puede trabajar sobre el texto instructivo en general y las consignas en particular.

Algunas sugerencias:

  • Organizar situaciones en las que los alumnos establezcan contacto con textos instructivos más allá de los que aparecen en los libros escolares: recetas de médicos, instrucciones para experimentos, prospectos de uso de diferentes objetos o elementos, guías turísticas, de compras, etc.
  • Crear juegos de mesa y escribir sus reglamentos.
  • Comparar instrucciones para preparar jugos, postres o flanes y elegir el más claro para seguir los pasos indicados.
  • Escribir instrucciones para buscar algún objeto escondido.
  • Redactar consignas de trabajo en grupo para que otro grupo de alumnos las cumpla.
  • Analizar las consignas escritas a la luz de los resultados obtenidos.

Esta decisión didáctica también redundará más allá de la escuela formando individuos más cuidadosos de los mensajes que producen y más conscientes de que la comunicación humana suele ser confusa, compleja, intrincada, pero que puede mejorarse y vale la pena intentarlo.