Mitos y leyendas: historias caminadoras

Es imperioso que la imaginación —estimulada por la lectura— ocupe un lugar en la educación, porque quien tiene confianza en la creatividad infantil conoce el valor liberador de la palabra. Por eso, es importante definir una ética de la literatura infanto-juvenil que la ubique como un recorte de la literatura universal, que responda a los intereses del joven lector a partir de una propuesta valiosa.

Debes acceder para ver el resto del contenido. Por favor . ¿Aún no eres miembro? Únete a nosotros