Reflexiones acerca de las prácticas en la formación docente
Desde hace muchos años, en los planes de estudio de la formación docente se desarrollan prácticas pedagógicas desde el inicio de la carrera. La decisión se asienta en la necesaria construcción de puentes entre las teorías y las prácticas, la temprana inclusión en las acciones educativas concretas que posibiliten las relaciones con lo que se estudia y la idea de aprender haciendo mientras se reflexiona y viceversa.
Construir puentes consolidados sobre el diálogo respetuoso y el fortalecimiento de todos/as los/as intervinientes
En la formación docente es necesario accionar mientras se analiza, comprender mientras se reconstruye, pensar mientras se prueba y comprueba, aprender en estrecho contacto con las implementaciones pertinentes.
Por lo general, la inserción de los/as estudiantes de la formación docente en las instituciones —en nuestro caso de Nivel Inicial en sus dos ciclos— implica siempre la construcción de acuerdos sostenidos en la comunicación, la compresión y el respeto por las peculiaridades de «cada parte» en cuestión.
Es sabido que la huella que produce la inclusión en las escuelas determina decisiones e ideas con respecto a las cotidianidades escolares y didácticas, las prácticas pedagógicas y sus posibilidades, las decisiones en relación con la carrera elegida incluyendo las acciones concretas que esta última implica, la incorporación de estrategias y repertorios específicos.
El impacto de la participación contextualizada en las diversas realidades escolares promueve el reconocimiento de los posibles escenarios educativos con sus amplitudes de fortalezas y complejidades, la mirada atenta de esas realidades y los modos potentes —o no— de accionar en ellas, las necesarias búsquedas de opciones-decisiones-acciones y, en definitiva, la obligada construcción de puentes coloridos, flexibles, alternativos, sustentados en intercambios respetuosos y fortalecedores de todos/as los intervinientes desde sus distintos espacios y lugares.
Nos referimos, en definitiva, a la construcción de puentes que encuentren (o re -encuentren) y transiten caminos, como tantas veces mencionamos en los diferentes artículos. |
Es fundamental —como marco de ese vínculo de respeto por todos/as y cada uno/a— que los estudiantes/practicantes junto a los profesores/as que los acompañan se incluyan en el proyecto diseñado y llevado a cabo por parte de los/as docentes responsables de los diversos encuentros educativos de la sala en cuestión a lo largo de todo el ciclo escolar.
Se despliegan así una inmensidad de escenarios posibles con los cuales podemos encontrarnos: educadores que proponen ideas y ejes a abordar, otros que imponen propuestas y acciones u otros que se desprenden de sus responsabilidades delegando en los practicantes importantes decisiones en soledad obligándolos a hacerse cargo de tareas complejas que no les corresponden. Por otra parte, podemos encontrarnos con estudiantes que pierden la coherencia en su rol necesariamente sostenido en incluirse desde el respeto por la identidad del grupo y la sala en la cual se incorporan a fin de no avasallar al/la docente y sus elecciones, también con otros/as que se deshacen de las acciones pertinentes y la participación necesaria para acreditar su formación en terreno.
En la mejor de las situaciones posibles hallamos quienes transmiten y ponen en el centro de los escenarios didácticos las responsabilidades óptimas mirando reflexivamente y accionando desde actitudes colaborativas, tan alejados de aquellos que manifiestan desidia o falta de En la mejor de las situaciones posibles hallamos quienes transmiten y ponen en el centro de los escenarios didácticos las responsabilidades óptimas mirando reflexivamente y accionando desde actitudes colaborativas, tan alejados de aquellos que manifiestan desidia o falta de voluntad en su disponibilidad, sus actitudes y acciones. |
Dentro de este amplio abanico de posibilidades, los profesores de práctica ocupan un lugar esencial como mediadores, estrategas sabios y comprometidos, buscadores incansables de las mejores opciones e intervenciones que sustentan la construcción de estos puentes en las decisiones y tareas cotidianas. En tantas oportunidades los profesores de la práctica se encuentran eligiendo posibilidades y generando oportunidades, diálogos, decisiones compartidas… Para ello, a veces se conversa con los directivos, otras con directivos y docentes, otras con los/as estudiantes y los/as docentes a fin de establecer la elección más conveniente en cada caso y en cada paso de los procesos que se están desarrollando.
Accedé al artículo anterior de la autora publicado en este Portal educativo acerca de las relaciones entre la teoría y la práctica. |
En la formación docente es necesario accionar mientras se analiza, comprender mientras se reconstruye, pensar mientras se prueba y comprueba, aprender en estrecho contacto con las implementaciones pertinentes.
Algunas acciones que aportan y enriquecen las posibilidades
- Establecer acuerdos formales primeramente entre las instituciones formadoras y las receptoras (o asociadas).
- Organizar distintas reuniones para conocerse o reconocerse, establecer los acuerdos (orales y escritos), plantear las acciones a desarrollar con sus generalidades y sus especificidades en cada momento/situación entre los equipos directivos y los profesores de las prácticas que comparten zonas e instituciones, entre cada equipo directivo y cada profesor (incluyendo las decisiones compartidas en la distribución de los/as estudiantes en cada sala considerando los variables intervinientes), entre los equipos directivos y los/as docentes de cada institución y los/as estudiantes que se incluirán en ellas, en cada sala con el /la docente y el/la estudiante que se incorporará en la misma.
- Acceder conjuntamente al Proyecto Institucional, a las carpetas docentes con sus planificaciones y evaluaciones, a los requisitos que se solicitan a los/as estudiantes y a todo aspecto que sume al conocimiento mutuo, a la buena comunicación y al trabajo compartido.
- Tener presencia (los profesores y asesores) continua en las escuelas y en las salas incluso previamente a los momentos de implementación por parte de los/as estudiantes, intercambiando en cada instancia, ubicando momentos de diálogos con los equipos directivos, los/as docentes, los/as estudiantes, de forma conjunta o por separado según amerite cada situación.
- Integrarse en las situaciones escolares con respeto y una mirada atenta a colaborar en lugar de criticar, fortalecer y no interferir, andamiar en vez de apabullar, construir en lugar de obstaculizar (tanto los/as docentes con los/as estudiantes, como los/as estudiantes con los docentes, los/as profesores con los/as estudiantes, los/as directivos con los/as docentes y los/as estudiantes).
Algunos hitos a considerar
- Trabajar en la institución formadora, en los encuentros y talleres específicos, el criterio de realidad necesario para «mirar» a las instituciones y situaciones escolares desde sus posibilidades reales.
- Alejarse de las miradas extremadamente utópicas y críticas sin aquietar los sueños de construir una escuela mejor y encontrar otras opciones posibles.
- Comprender (por parte de los/as estudiantes y los/as profesores/as) a los/as docentes y sus realidades escolares y personales sin aceptar el descuido ni las irresponsabilidades y accionando para colaborar en todo lo posible.
- Aceptar (por parte de los/as docentes y equipos directivos) que los/as estudiantes están en un proceso de formación que todos hemos transitado (y con esfuerzo) que se enmarca en la falta de «experticia», cuyas trayectorias se ven desafiadas y transformadas en estrecha relación con las miradas, acciones y palabras de los considerados expertos y —a su vez— autoridades escolares.
- Comprender que los modos y los hechos que se ponen de manifiesto ejercen importantes influencias en las respuestas y acciones de los otros, por lo cual cuando los estudiantes participan desde una postura colaborativa por lo general los/as docentes retribuyen esta mirada al acompañarlos en sus propias implementaciones, y cuando los profesores sostienen y andamian eso también influye en el clima general… democrático, constructivo y solidario o no.
Los profesores de práctica ocupan un lugar esencial como mediadores, estrategas sabios y comprometidos, buscadores incansables de las mejores opciones e intervenciones que sustentan la construcción de estos puentes en las decisiones y tareas cotidianas.
De algunas ideas estamos seguros
- Aspiramos a albergar prácticas consensuadas, compartidas, fortalecedoras, por lo cual no aceptamos las miradas descalificadoras que buscan siempre lo negativo desde acciones destructoras de lo posible sino construcciones conjuntas y criteriosas que resaltan fortalezas y debilidades desde la mirada de encontrar las mejores opciones para todos y cada uno en sus roles y procesos. Por esto, consideramos más pertinente un/a profesor/a o directivo que se incluye en las situaciones escolares a modo de colaboración y, por ejemplo, no se dedica a anotar en un costado ni a detectar los errores para comunicarlos una vez que la situación finalizó, sino que interviene sin interrumpir para sostener las acciones y decisiones con afecto y respeto. Queremos construcciones compartidas alejadas de las luchas de poder, grietas y agravios, destructores de lo posible y deseable.
- Sabemos que el afecto y la buena comunicación son esenciales para sostener los procesos y resultados de todo y todos sin doblegar la fundamental presencia de los procesos de enseñanza y aprendizaje, razón de ser de las instituciones educativas.
- Sostenemos las prioridades en las infancias como sujetos de derechos y de deber, desde las responsabilidades escolares sostenidas en propuestas de enseñanza ricas, potentes, posibilitadoras, intensas, disfrutadas y coloridas.
- Decretamos la mirada en el bien común, la solidaridad, la creatividad y el trabajo en equipo como únicos modos de sostener las posibilidades institucionales y la coherencia pedagógica.
Bibliografía
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