Cerrar un ciclo lectivo: cerrar un círculo transformado en espiral

Cerrar un año, un ciclo lectivo, es como cerrar un círculo que se transforma en una espiral que se va reconstruyendo, enriqueciendo, readecuando, revitalizando en función de las reflexiones acerca de las acciones desarrolladas y las decisiones sostenidas, abriéndose esperanzada y deseosamente al año siguiente.
Nos preguntamos qué sucedió, cómo y por qué y, desde allí, cómo quisiéramos continuar y reencausar el/los caminos y recorridos.

Un círculo se cierra, en cambio una espiral se retroalimenta, se transforma y enriquece, se modifica y readecua, toma lo previo para construir un recorrido diferente que retoma lo necesario y, en el mejor de los casos, se aúna y diversifica al mismo tiempo concretando —sin enquistar— los recovecos y trayectos posibles. Y esto sucede en el sistema educativo, en las instituciones escolares, en las jornadas pedagógicas, plasmados de enseñanzas-aprendizajes-afectos y de propuestas-encuentros-acciones-tiempos-espacios…
En tiempos de alta complejidad y poca esperanza, esas reconstrucciones, decisiones y acciones (a la vez contundentes y obligatoriamente flexibles) se instalan necesarias y fuertes como sostén de las instituciones educativas, implicando a todos sus integrantes a no bajar los brazos ni los abrazos y mucho menos renunciar a las búsquedas sostenidas de las mejores situaciones de enseñanza, adecuadas a las infancias y encuadradas en criterios fundamentados.

 

Son las prioridades educativas, éticamente adecuadas y oportunas, las que implantan brillo pedagógico y responsabilidades acerca de opciones de enseñanza ricas y oportunas. Estas —no me canso de reiterarlo— se alejan de las disputas de poder, las modas de turno, los cambios en las denominaciones, los brillos personales, las grietas innecesarias e inoportunas… y se asientan en la mirada en el bien común, la solidaridad, las construcciones conjuntas y, en definitiva, en la equidad educativa que se implanta como obligatoria resolución (en sus múltiples posibilidades) frente a la inmensa y desesperada sed de justicia entre educadores (en su sentido más amplio), infancias y familias, en tiempos y espacios escolares tan necesariamente cálidos como sabios.

 

Acerca de las propuestas de enseñanza, el enfoque educativo, las instituciones y los educadores como ejes prioritarios de las mejores oportunidades 

La enseñanza globalizadora, democrática, flexible, rica, plena de brillo, interés y disfrute, aunada a procesos de aprendizaje favorecedores, justos, convocantes, profundos, significativos se encuentran en educadores y alumnos convocados, convocantes, aunados, y se sostienen en propuestas de enseñanza plenas de posibilidades, abiertas, flexibles, alejadas de estereotipos, respuestas únicas, acciones lineales, tareas sostenidas en el ensayo y error.

Los educadores como pilares centrales de los procesos educativos (aunque nunca centralizadores ni autoritarios ni depositarios del saber absoluto) se encuadran en el brillo creativo que fortalece a las infancias como alumnos posibilitados de tanto —de mucho— si se encuentran inmersos democráticamente en instituciones plenas de colores e ideas, respetuosas, buscadoras incansables de las mejores oportunidades educativas para todos y todas.

 

Una espiral se retroalimenta, se transforma y enriquece, se modifica y readecua, toma lo previo para construir un recorrido diferente que retoma lo necesario y, en el mejor de los casos, se aúna y diversifica al mismo tiempo concretando —sin enquistar— los recovecos y trayectos posibles.

 

Una mención especial a los proyectos y propuestas conjuntas y creativas

Es sabido que la creatividad retroalimenta los deseos, las búsquedas, los encuentros, los sueños y las ganas de hacer; que realizar lo mismo de igual forma estanca las mejores concreciones, que en la búsqueda de opciones encontramos nuevas posibilidades y abrimos el colorido abanico de opciones posibles.

También es bien sabido que aunarnos en acciones y decisiones conjuntas nos hermana en las búsquedas y encuentros; un buen ejemplo es el Mundial de Qatar 2022 que estamos transitando, en el cual se encuentran diversas personas de distintas ideologías con ideas diferentes vivenciándolo apasionada y conjuntamente como un grupo aunado en «lo común» y compartido.

Sin embargo, siempre encontramos algunos seres que en lugar de sumar solo restan, que se encuadran en las disputas como modo de sentir y pensar, que encuentran «su minuto de gloria» al transformarse en detractores de la alegría de todos, de los sueños conjuntos, del respeto por lo diverso y la aceptación de lo que cada uno es y puede. Cuando nos alejamos de estas ideas que derrumban las utopías posibles sostenidas en la construcción de un mundo mejor para todos y todas, emociona sentir, oler, pensar con otros y otras, compartiendo ideales, tristezas y alegrías, aunados en el reconocimiento de que la condición humana puede recomponerse y reencontrase pese a todo y a algunos. Impacta los que opinan sin saber, miran sin ver, hablan sin conocer, solo enviciados por su sed de poder y de creerse superiores, dando cuenta —en realidad— de lo poco que son y pueden, de su falta de sabiduría y convicciones verdaderas, de su necesidad de destruir para sentirse mejor…

«[…] Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.

Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:
tienen doble vida, son sicarios del mal.
Entre esos tipos y yo, hay algo personal.

[…]

Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz
y juegan con cosas que no tienen repuesto,
la culpa es del otro si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo, hay algo personal.

Joan Manuel Serrat, «Algo personal»

 

Las escuelas pueden y deben ser esos espacios de brillo que enseñen acerca de estos aspectos tan fundamentales, que encarnen lo mejor de la «condición humana» y enseñen que un mundo mejor es posible de ser concretado además de soñado.

 

 

Una referencia fundamental a la comunicación

El tema de la comunicación es complejo e importante. Ya sabemos que muchas dificultades se generan por diversos problemas en la comunicación: por no decir aquello que se debe decir, por hablar mucho o poco, por usar un tono o un vocabulario inadecuado, etc. Es muy importante que se establezcan redes de comunicación formales en cada institución, y que se concrete una modalidad de intercambio fluido y respetuoso que fortalecerá a la institución y a los vínculos entre todos sus actores.
Muchas veces, surgen confusiones y malos entendidos, pero aclararlos adecuadamente puede ayudar a abordarlos, cercarlos y/o solucionarlos.
Se trata de poner en palabras, de decir lo necesario, de anticipar lo pertinente, de explicitar cuando hace falta, de fundamentar las decisiones y acciones, de respetar los espacios propios y de los otros cada uno desde su rol y sus funciones.
Se trata, a su vez, de aceptar los errores propios y ajenos (siempre que se encuadren en el respeto y las elecciones éticas), de actuar tomando las decisiones que se consideran óptimas y oportunas, de apelar a la verdad y a mirar realmente el entramado conjunto y las acciones compartidas.

 

Muchas veces, surgen confusiones y malos entendidos, pero aclararlos adecuadamente puede ayudar a abordarlos, cercarlos y/o solucionarlos.

 

Retomamos para continuar preguntándonos

  • ¿En qué lugares ubicamos a nuestras infancias alejados de las fracturas, las luchas de poder, las grietas y agravios, priorizando las propuestas significativas, convocantes y coherentes que fortalecen esos modos de enseñar y aprender que tanto decimos querer concretar?
  • ¿Desde qué miradas albergamos prácticas consensuadas, compartidas, fortalecedoras, construcciones conjuntas y criteriosas que resaltan fortalezas y debilidades desde la mirada de encontrar las mejores opciones para todos y cada uno en sus roles y procesos, alejadas de las miradas descalificadoras, destructoras de lo posible y deseable?

De algunas ideas estamos seguros: el afecto y la buena comunicación son esenciales para sostener los procesos de enseñanza y aprendizaje, razón de ser de las instituciones educativas; las responsabilidades escolares se sostienen en propuestas de enseñanza ricas, potentes, posibilitadoras, intensas, disfrutadas y coloridas; siempre encuadradas en la mirada colectiva y democrática, la mirada en el bien común, la solidaridad, la creatividad y el trabajo en equipo, como únicos modos de sostener las posibilidades institucionales y la coherencia pedagógica.

Es mi deseo concretar, para todos y todas,
un fin de año feliz y plagado de buenos deseos cumplidos,
un merecido y disfrutado descanso
y un reencuentro fortalecido, constructivo y esperanzado.

«[…] Yo me quedo con todas esas cosas
pequeñas, silenciosas,
con esas yo me quedo.

Ya no quiero hablarte de otras cosas
más dignas, más hermosas,
con esas yo me quedo»

Pablo Milanés, «Yo me quedo»

 

Bibliografía 

  • PITLUK L. (noviembre de 2022). «Las relaciones teoría y práctica: buscando y encontrando algunas restauraciones necesarias». En Conexión Docente. Portal Educativo. Buenos Aires: A Construir.
  • ————— (Diciembre de 2022). «Reflexiones acerca de las prácticas en la formación docente». En Conexión Docente. Portal Educativo. Buenos Aires: A Construir.

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